miércoles, 25 de diciembre de 2013

Prawns is da new black. Crítica de District 9.


Aprovechando que los 35ºC navideños me tenían confinado a estas cuatro paredes refrigeradas, decidí ponerme al día con un par de películas que tenía pendientes.
District 9 fue una de las elegidas y me pareció tan buena que es la razón por la que estoy escribiendo esto.
Luego de haber visto y reseñado la más que aceptable Elysium, me pareció lógico darle una revisada a la anterior película del director Neill Blomkamp. Y como era de esperarse, no decepcionó.
La película, del 2009,  fue producida por Peter Jacksony está basada en parte en‘Alive in Joburg’ un corto de Blomkamp.


El hecho de haber sido rodada en Sudáfrica,  con actores desconocidos, le da cierto aire exótico que evita que la relacionemos al menos al principio con otras películas del género yanquis.

Se nos cuenta que hace 20 años, una nave alienígena llega a Johannesburgo, en Sudáfrica, y queda flotando sobre la ciudad. Al no haber aterrizaje ni comunicación los humanos deciden acceder a la nave, para descubrir que los extraterrestres se encuentran varados en una situación casi de indigencia.
Al no estar preparados para albergar aliens, se decide instarlos en ghettos con un parecido a las villas miserias argentinas que asusta y donde los únicos humanos que se han adaptado al encontrar un nicho para sus actividades delictivas (desde contrabando hasta prostitución) han sido los Nigerianos, con un líder muy curioso. La ONU no se pone de acuerdo sobre como proceder con los aliens y su control pasa a cargo de la Multi-National United, una empresa cuyo único interés es controlar y utilizar el armamento extraterrestre, solo utilizable con ADN alien.


La película arranca como un documental, una pieza informativa cubierta por medios reales, para luego integrarse con escenas comunes, en el que empleadores, amigos y conocidos hablan de Wikus Van de Merwe (Sharlto Copley) , empleado de la MNU, quien es puesto a cargo del desalojo del Distrito 9, y va casa por casa cual asistente social, informando e incautando armamento. Es en una de estas requisas donde un pequeño contenedor con un líquido extraño le explota en la cara y empieza a sentir cambios físicos. Wikus deberá volver al Distrito 9 para saber que es lo que le pasa. 

Los paralelismos con los brotes brotes racistas (por ej: el término peyorativo langosta para referirse a los aliens)  y la comparación con el apartheid son inevitables (el título del filme hace referencia a todo el Distrito Seis, una zona de la ciudad residencial en Ciudad del Cabo que fue declarado "blancos" en la zona por el gobierno en 1966, con 60.000 personas desplazados por la fuerza y trasladados a Cabo Flats, 25 km de distancia.). Está tan bien hecho que por momentos te da vergüenza ser humano. Irónicamente las autoridades nigerianas han acusado a la película de racista y la han prohibido.



Están muy bien creados los ambientes, es realmente creible el mundo creado. Los diseños son excelentes y los ojos de los alien son todo. Lograron que Christopher Johnson, un alien y su hijo parezcan tener más sentimientos y trasmitir más que un par de personajes humanos. Uno de los motivos por los que ha sido aclamada la película fue casualmente los excelentes resultados a nivel efectos con un presupuesto acotado (para este tipo de producciones claro, estoy seguro de que de todas formas era un fangote de guita).

La película tiene pocos puntos flacos a mi parecer, quizás a nivel guión(quiero evitar spoilers) pero no afectan el producto final que ha sido brillantemente ejecutado. Realmente merece las buenas críticas que se han hecho y espero ansioso más películas de Blomkamp.

Trailer: